Eficacia del ozono en la eliminación de olores y desinfección de vehículos.

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El tratamiento con ozono en vehículos proporciona la completa eliminación de olores de tabaco, comida, animales, etc.

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PROBLEMAS DE OLORES EN VEHÍCULOS

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Olores característicos del uso que damos al vehículo: fumadores, niños, mascotas, etc., van dejando impregnado su olor en el habitáculo, de manera que rápidamente olvidamos la sensación de abrir la puerta y que huela “a nuevo”. El interior de los vehículos puede convertirse en un auténtico vivero de hongos, virus y bacterias, sobre todo en los conductos de los climatizadores, donde se dan las condiciones óptimas para su crecimiento, constituyendo un auténtico riesgo para la salud de los usuarios. Como consecuencia de lo anterior: alergias, contagios de diversas enfermedades, dolores de cabeza y malestar.

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La desinfección con ozono en vehículos de transporte público evita los contagios entre usuarios y elimina los malos olores del vehículo

SOLUCIONES CON OZONO ANTE LOS OLORES EN COCHES.

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Con la ozonización del aire del habitáculo, haciéndolo recircular a través del sistema de aire acondicionado, se consigue restituir a los vehículos ese preciado olor a nuevo, además de asegurar la desinfección más eficaz conocida hasta el momento. El ozono elimina todo tipo de olores (vómito, tabaco, mascotas, caza…) y agentes químicos tóxicos derivados de combustiones y de los materiales del vehículo, como los compuestos orgánicos volátiles (COV). Erradica los agentes contaminantes adheridos en paredes, suelos, techos y asientos, así como aquellos que están suspendidos en el aire: bacterias, virus y hongos. Desinfección eficaz de los conductos de aire acondicionado. Sin residuos químicos añadidos. Idóneo para alérgicos. Máxima rapidez en los tratamientos, que pueden llevarse a cabo con facilidad durante el proceso de lavado normal.

En resumen, este tratamiento es excelente para mantener la higiene y la sensación de “coche nuevo”, sobre todo en los vehículos donde ha ocurrido algún percance (vertido de alimentos, transporte de mascotas, vómitos, vehículos de fumadores…) en los que puede haber, por tanto, olores y niveles altos de contaminación.